NOVEDADES
7 de julio de 2025
Entre fiordos y fábricas: la paradoja de las salmoneras y la autonomía femenina
En el extremo sur de Chile, donde el viento sopla entre archipiélagos aislados y comunidades históricamente marginadas, una industria controvertida está dejando una huella inesperada: la autonomía de miles de mujeres. Las salmoneras, tantas veces cuestionadas por sus impactos ambientales y sociales, se han convertido, para muchas, en una vía concreta de escape del círculo de la violencia, la pobreza y la dependencia (SalmonChile, 2021).
Durante años, la región austral ha sido escenario de profundas desigualdades. Comunas como Quellón, Melinka o Puerto Aysén registran niveles de violencia intrafamiliar que duplican el promedio nacional, según datos del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género (2022). En este contexto, el trabajo en plantas de proceso de salmón —en los eslabones más bajos de la cadena— ha abierto puertas que antes estaban cerradas. Las cifras hablan por sí solas: cerca de 25 mil mujeres empleadas, muchas con contratos indefinidos y salarios que, en temporada alta, superan el millón de pesos líquidos (SalmonChile, 2021).
Pero más elocuentes aún son los testimonios recogidos en terreno. Mujeres que, gracias a un ingreso propio, pudieron abandonar relaciones abusivas, comprar tierra o emprender en rubros impensados hace una década: robótica, transporte, alimentación. En sus palabras hay ambivalencia: sí, reconocen el impacto ecológico y las tensiones territoriales de la industria, pero también defienden su derecho a elegir una vida más digna. Una mujer lo resume con precisión: “Las salmoneras nos dan libertad… y que nuestros hijos se bañen con agua caliente en invierno. Eso lo es todo” (Trabajo de campo propio, 2018–2024).
Este doble filo no puede ignorarse. Las críticas hacia la salmonicultura son legítimas: contaminación del fondo marino, uso excesivo de antibióticos, escapes de especies exóticas, acumulación de residuos industriales, y conflicto con pescadores artesanales y el turismo (FAO, 2022; Subpesca, 2023). Pero también lo es la transformación social que está ocurriendo, silenciosa pero profunda, en cientos de hogares liderados por mujeres.
La industria, las autoridades y la sociedad civil enfrentan hoy un dilema clave: ¿podemos avanzar hacia un modelo acuícola más sostenible, no solo desde lo técnico o ambiental, sino también desde lo social y cultural? Reconocer la autonomía ganada por estas mujeres no significa eximir de responsabilidad a las salmoneras. Significa, más bien, asumir la complejidad del territorio y abrir el diálogo para avanzar en equidad de género, justicia territorial y sostenibilidad integral.
Las mujeres del sur no están pidiendo caridad ni condescendencia. Están exigiendo oportunidades reales para decidir su destino. Quizás sea hora de escucharlas más, incluso -y especialmente- cuando nos interpelan desde la ambivalencia.
Referencias
- FAO. (2022). The state of world fisheries and aquaculture 2022. Towards Blue Transformation. https://doi.org/10.4060/cc0461en
- Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. (2022). Violencia contra la mujer en Chile: Estadísticas y desafíos. https://minmujeryeg.gob.cl
- SalmonChile. (2021). Informe de sustentabilidad 2021. https://salmonchile.cl
- Subsecretaría de Pesca y Acuicultura. (2023). Anuario estadístico de pesca y acuicultura 2022. https://www.subpesca.cl
- Trabajo de campo propio. (2018–2024). Entrevistas realizadas en comunidades de Calbuco, Puerto Montt, Valdivia, Las Guaitecas y Melinka.
Javiera Luco B.
DIRECTORA EJECUTIVA
Acuerda Consultores